Editorial 40
Sesenta segundos son iguales con 10 años que con 30 pero sí es cierto que la percepción de dicho tiempo es distinta. Ahora el verano transcurre mucho más deprisa y uno no puede dejar de echar de menos esos veranos en los que el tiempo pasaba mucho más despacio. Veranos en el pueblo de los abuelos de horas y horas de piscina, de amigos de tres meses que te gritaban desde la calle para salir a jugar, de bocadillo de aceite y azucar y del porrón con cerveza y gaseosa de tu padre y tu abuelo.
Verano de ventilador y piezas azules enormes para evitar los mosquitos, de bicis BH y rodillas peladas por caidas, de tardes en el quiosco a por “polines” bien fresquitos y de cabañas hechas con palets vigiladas siempre con esmero para que los de la otra calle no la tirasen al suelo y de deberes hechos la semana antes de volver al cole.
Veranos de parchís, de oca y dominó, de alargadores para sacar la tele a la terraza por la noche, de coches fantásticos, equipos A y 1,2,3
Veranos que se fueron pero que siempre se recuerdan con una sonrisa en los labios. Los mejores veranos de nuestras vidas.
Qué lo paséis todos genial estos meses. GrupVIVÓ.