Cada día cierran cuatro bares y restaurantes en Catalunya
El último Anuario Económico de La Caixa revela que, desde el inicio de la crisis en 2007 hasta el 2012, se han perdido más de 7.300 negocios, y el ritmo, según la patronal Pimec, se está acelerando. Así lo ha admitido en RAC1 el presidente de la
Comisión de Turismo, Jaume Marimon quien asegura que “el año 2012 fue muy malo pero la situación incluso ha empeorado”. Marimon ha apuntado también que “las zonas más afectadas son las del interior de Catalunya”.
Los datos así lo muestran, siendo la demarcación de Lleida donde se han eliminado más restauran- tes y bares, perdiéndose más de una cuarta parte (el 26% concretamente). En las comarcas de Girona y Tarragona la reducción ronda el 22%, mientras que Barcelona resiste mejor aunque el número de establecimientos que cierran rondan el
16%. El factor turístico tiene un gran peso en el funcionamiento de estos negocios, pero también el número de población.
Es por eso que las ciudades costeras aguanten mejor la situación mientras los pequeños núcleos interiores son los grandes perjudicados.
Los negocios que de pueblo son los que más difícil tienen su supervivencia, tal como explica el gerente de laFederación de Hostelería de Lleida, Ramon Solsona quien reconoce que con el cese de estos negocio “se está perdiendo uno de los principales espacios de relación social, pero la clientela escasea y los precios no se pueden bajar”.
El cambio de hábitos también se nota en las zonas de oficinas, donde cada vez hay menos clientela fiel. Josep Maria Torres, director técnico del Gremio de Restauradores de Barcelona, cree que esto se debe a “la vuelta de los comedores de empresa y la cultura de la fiambrera. Ahora mucha de la gente que salía al mediodía para airearse y comía fuera ya no lo hace”
El principal problema para los bares y restaurantes es que como remedio a la situación no pueden permitir recortar precios, porque tienen que hacer frente a unos gastos crecientes. Por ejemplo, el aumento del IVA se ha agravado con el encarecimiento del gasto eléctrico, mientras el sector todavía recuerda que la Ley Antitabaco hizo mucho daño.
La Vanguardia