editorialUno se da cuenta que se hace mayor cuando empieza, entre otras cosas, a decir la ya tan aclamada por la crítica frase de: Cuando yo era pequeño para la Castañada hacía mucho frío y míranos ahora, noviembre y en manga corta. Sí amigos, si la habéis usado ya en alguna ocasión debo deciros muy a mi pesar que ya estáis en esa inquietante franja social de los denominados “viejovenes”.

Los viejovenes somos fácilmente reconocibles. La franja de edad no es tan precisa, algunos la descubrimos antes, a los treinta, y otros más adelante pero todos tenemos en común varias cosas como por ejemplo: el plan perfecto para una noche de sábado es ver una buena serie (o por lo menos los 20 primeros minutos sin dormirse) en Netflix o HBO en vez de salir hasta las tantas de discotecas.

También nos reconocerán por suscribirnos a canales de YouTube de jovencillos que juegan a Minecraft sólo porque nuestro hijo o hija nos lo pide pero que no tenemos ni idea de que es un BUG, el LAG, RANDOM o tener HYPE y en cambio usamos términos como que un juego MOLA o que VA MUY LENTO. Apreciarán en la mirada de esas pequeñas criaturillas unos rasgos que gritan: tú sí que no molas y eres lento.

Y por último, al viejoven también lo distinguirán fácilmente porque se verá obligado estos días a poner calabazas, esqueletos de plástico y demás chorradas en sus casas para celebrar Halloween mientras piensa que eso es un rollo americano y que lo único que desea es sentarse en el sofá, poner esa serie que está viendo mientras come castañas y panellets y piensa: Cuando yo era pequeño para la Castañada hacía mucho frío y míranos ahora, noviembre y en manga corta.

 

En fin, seas o no viejoven y celebres lo que celebres, desde Grup VIVÓ te deseamos feliz noviembre. GrupVIVÓ