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Qué impotencia se siente cuando todavía hay personas que juzgan a otras por razones de género, culturales, étnicas o por su inclinación sexual. Qué impotencia se siente cuando se pierde a un empleado por motivos que uno jamás pensaría que pudieran seguir existiendo en el año 2019.
Qué rabia ver que esa buena persona se sumerge en un pozo desgraciadamente muy profundo mientras malas personas siguen actuando con total impunidad por las calles sin sentir el rechazo y la condena de sus vecinos. Como decía Machado “mala gente, que camina y va apestando la tierra”. Desde Grup VIVÓ queremos dar todo nuestro apoyo a nuestra compañera y nuestro rechazo más absoluto a las personas que viven con odio, frustración y acomplejados y deseamos que algún día esto desaparezca definitivamente.

Grup VIVÓ